25 de julio de 2010

Flores


Y es que hasta las flores de tela se marchitan cuando deciden convertirse en mercenarias de su alrededor. No se marchitan como cualquier otra flor, claro. Sus pétalos no se caen, ni se arrugan sus hojas ni los colores se apagan; no mueren. Sin embargo, siguen viviendo en una agonía constante mientras alguien pedalea en la bici de cuyo decorado forman parte. Son tan observadoras o más que las flores que nosotros llamamos 'de verdad'. Pero no piensan, no os vayáis a olvidar de que seguimos hablando de flores. En ellas, el tiempo ha depositado alguna que otra capa de polvo sobre sus hojas, y los baches de la vida -o de las calles de la ciudad, tampoco estoy segura- hacen que sus flores se vayan encorvando cada vez un poco más.
Aunque siempre podremos dar con un biciclista que mime tanto a sus plantas de tela como si fuesen reales. Y eso... hay que celebrarlo.

s.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buenas. La foto y la entrada. ;)