2 de marzo de 2011

Nos faltan preguntas

- Y dígame, señora, ¿cómo se encuentra hoy? ¿Qué le doy?
- Uy, chico, no seas sinvergüenza, esas cosas no se preguntan. Dame un colón.
- ¿Cómo que no? Es una pena que no se lo pregunten más a menudo, parece que a la gente últimamente le cuesta hablar de estas cosas. Pero no me ha contestado, ¿qué tal está de aquello que me contó? Por cierto, ¿tuvo suficiente con las seis barras de pan para toda la familia?
- Sí, hijo, sí, muchas gracias... Al final sobró y todo. ¿Todavía te acuerdas de aquello? Bueno, la cosa se solucionó, pero no lo vayas a ir contando, que ya sabes que la gente aquí es muy chismosa. No, no, eso no, que hoy quiero colón te he dicho. Sí, ese mismo... Apúntamelo en la cuenta, anda.
- ¿Y bien...? ¿Usted qué tal?
- Ogh, mira que eres pesado, muchacho. Porque eres tú, si no ya me había ido a por el pan a donde la Mari. Pues mal, cómo quieres que esté, si no hacen más que volverme loca. Ahora haz esto, ahora lo otro. Y una está ahí que parece la chacha de todos. Y eso no puede ser, claro... Lo que no sé es qué hago yo contándote eso, para que luego venga la siguiente y se entere de mis dolores de cabeza. No, niño, no. Por ahí no. Me voy antes de que te cuente algo que me meta en un compromiso.
- Muy bien. Que le aproveche, señora. Hasta mañana.

(campanilla)

- Hola señor ¿qué tal se encuentra? ¿Qué le pongo?
- Lo de siempre. Y un paquete de chicles para esta criatura, que siempre me tiene que sacar algo...
- Hola niño, ¿cómo estás?
- Bien.
- ¿Bien? A ver, que vea esos dientes bien relucientes. No, aún no estás lo suficiente contento... Toma, seguro que esto te ayuda.
- ...
- Niño, no seas maleducado, ¿cómo se dice?
- Grac...
- Más alto, que no te oye.
- Gracias.
- Muy bien, niño. Este hoy no me come, ya verás. ¿Cuánto te debo?
- Son 3€. Los chicles se los regalo.
- Pues muchas gracias.
- De nada, gracias a ustedes, vuelvan pronto.

(campanilla)

- Buenos días, caballero ¿qué tal está? ¿Qué desea?
- Hola, Eduardo, quiero ese bollo. Y unos regalices. Rojos.
- Aquí tiene, ¿algo más?
- Sí, ¿y tú cómo estás?
- Eh... eh...
- ¿Ves como no es tan fácil?
- Eh...

(campanilla)

Y, a pesar de todo, Eduardo no supo contestar.
Y el señor se fue sin pagar.

s.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta.