22 de febrero de 2011

Cap ou pas cap?



Pudo esperar sentado todo el tiempo que hizo falta. Bueno es un decir, sentado no pudo esperar, era de eso que se llama de culo inquieto... me refiero a que fue capaz de esperar cuanto fue necesario.
Pudo aguantar todo lo inaguantable a quien ni siquiera conocía, lo que muy pocas personas más podrían haber pasado por alto; sólo tuvo que hablar (de esa forma tan calmada y suave como sólo él sabía) alguna que otra vez y todos los males se fueron volando.
Pudo sonreír tanto como fue necesario para ahuyentar cualquier sombra, sus dientes siempre relucieron cuando hizo falta.
Y también pudo escuchar historias infinitas y cuentos eternos. Esperó hasta el final de cada uno de ellos para hablar; no le hizo falta ni boli ni libreta para recordar todo lo que quería decir, le bastó con escuchar atentamente.

Sólo hubo una cosa que no resistió, y fue el silencio. No hay cosa más frustrante. Así que, después de haber esperado, aguantado y sonreído se levantó y decidió ir en busca de historias a otra parte, porque para él los sermones ya no tenían volumen ni los gritos valor, sólo quedaba el silencio. No tuvo más que echarse la silla al hombro y ponerse a caminar, que de allí ya no podría sacar nada bueno ni nada bueno podría salir de él. Ya encontraría otro lugar donde pararse a escuchar.

s.

No hay comentarios: