11 de diciembre de 2011

Segunda primavera


Es verdad, hace tiempo que empezó. Quedan sólo unos días para que empiece el verano, unas semanas para volver al frío helador de mi ciudad y el calor achicharrante de diciembre no me deja más que arrepentirme de no haber intentado que el tiempo pasara más despacio. Para celebrar mi segunda primavera de este año me he cambiado de barrio. A una casa más grande, más bonita, de colores, de poemas. Está en un barrio más santiaguino y por tanto más descascarillado. Pero también más de colores, como la casa.

Ayer al salir a comprar pasé por delante de un local cerrado, pero con las ventanas abiertas; de ellas colgaba un cartel de "se vende" y la música salsera salía volando a todo trapo. Hoy, domingo, mercadillo de productos frescos. Los niños juegan en la calle al balón y en la esquina de enfrente de mi casa una familia peruana vende el mejor pollo asado que he probado en mi vida. Un señor con un carrito vende jugos helados recién hechos a la salida del metro. Otro señor con una bicicleta reparte bombonas de gas. Lo llaman el barrio universitario, aunque de universitario parece que tiene poco. La fiesta. Y ya. Por la noche falta alguna luz por las calles y a veces el silencio asusta.

Pero aún así no hago más que preguntarme dónde he estado viviendo desde hace cinco meses. Aquello no era Santiago, esto sí.

s.

1 comentario:

Diego Fernando dijo...

Muy descriptivo, meticuloso, detallista, encantador. Mi pregunta es, es real? Vives en Chile? Te confieso que leyendo estas líneas vislumbré el espíritu de un alma aventurera que se fue un día en busca de algo que no sabia muy bien el qué, y que ahora lo ha encontrado. Si no es así pues me quedaré con la fantasía, si así es, te felicito.



Ferxolate!!