11 de enero de 2011

Definamos desvarío

"Hay cosas que, lo quieras o no, te llenan el alma."

Pensad en ello. Y ahora lo explico.

Soy completamente consciente de lo cursi que resulta ser esa frase, pero no encontré ningún sinónimo-de-frase para ella; y eso que lo estuve pensando. Las había parecidas, pero el resultado siempre variaba un poco. Y diréis que vaya bobada, que por un poco que varíe qué más da, si nadie se va a dar cuenta... Pero estoy segura de que al leerla y pensarla, si es que la habéis leído y pensado, todos -los que tengáis un mínimo de actividad en la cabeza al leer las cosas (1)- habéis pensado en algo/alguien concreto. Pues bien. Yo también. Y a ese mi algo/ alguien es a quien dedico la entrada de hoy, aún sabiendo que seguramente jamás lo sabrá (2). Y con ese algo/ alguien no acababan de cuadrar ninguno de los otros sinónimos-frase que encontré. Por último, podéis dejar vuestras quejas sobre lo completamente absurdo de la entrada de hoy en la sección biciclista(s) de aquí debajo, pero preferiría que no lo hiciéseis.

s.


(1) Al resto: mis disculpas en primer lugar y, en segundo, mis condolencias.
(2) Bien porque es un ser inanimado o cosa (como una piedra, o una alfombra en quien nadie pensó al inventar el teclado); o bien porque este blog lo leéis cuatro gatos (a los que, dicho sea de paso, estoy tremendamente agradecida: miau). Por cierto, cuatro gatos que, después del punto (1), posiblemente se reduzcan, quien sabe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues yo me voy a quejar, precisamente porque prefieres que no lo haga. O eso dices, que sé que, en el fondo, los comentarios siempre hacen ilusión.

Y... De nada: miau (que, de paso, es el nombre de mi particular absurdo, digo, blog). Llevaba tiempo sin pasar por aquí pero siempre es un placer leerte.